Aquellos que fantasean con la ciudad del futuro suelen imaginarla como un concepto sostenible, moderno e imponente, con grandes construcciones y un marcado avance tecnológico. Al menos, así lo entienden los miembros de la firma norteamericana Arconic, quienes ya utilizan el kilómetro para medir la altura de sus futuros rascacielos.
Concretamente, su último esbozo consiste en una impresionante torre de 4.800 metros de altura -el volcán de El Teide apenas supera los 3.700 metros sobre el nivel del mar-, que sería una realidad para el próximo año 2062. Este vertiginoso desarrollo inmobiliario se enmarca en The Jetsons, el proyecto donde los ingenieros de la compañía impulsan tecnologías que podrán implantarse dentro de algunas décadas.
Esta empresa, especialista en el desarrollo de elementos futuristas -han diseñado incluso un coche volador-, entiende la innovación como una herramienta ligada a la sostenibilidad y el respeto al medioambiente. Por ello, el rascacielos presentará una fachada construida con materiales impresos en 3D y su tecnología de autolavado permitirá que la torre se trague la contaminación.
Adicionalmente, la empresa ha diseñado unas ventanas motorizadas, en las que se ha empleado la tecnología Bloomframe, lo que permite que las ventanas se conviertan en un balcón de vidrio en menos de un minuto. De nuevo, Arconic tiene previsto reforzar su inversión en estos elementos flexibles para huir del concepto de construcción estática y dotar a sus imponentes inmuebles de flexibilidad.
En este sentido, el proyecto de Arconic se suma a otros anteriormente premiados por contemplar la construcción ecológica y la simbiosis de modernidad y sostenibilidad en sus líneas maestras.
Fuente: Arconic – elmundo.es
Mientras no la haga calatrava.